El control de cambio es un completo fracaso, y los CLAP serán otro más
A juicio de Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, en Venezuela “el control de cambio es el símbolo por excelencia del fracaso de la gestión económica del chavismo”.
Las declaraciones del economista fueron dadas en una entrevista con el periodista Mario Villegas para el portal Quinto Día. En ellas afirmó que a su parecer los CLAP serán otro fracaso del Gobierno Nacional.
“Los CLAP en el fondo son más de lo mismo: Mayores controles. Y, los controles generan mayores distorsiones y mayor escasez, pero no soluciones”.
El economista explicó que en términos económicos en el país se vive una emergencia cuyos números “son sólo posibles en países con conflictos bélicos prolongados o desastres naturales de gran magnitud […] especialmente por la rapidez del deterioro y la incapacidad para lograr una solución en el corto plazo“.
En cuanto a la política de Agricultura Urbana impulsada por el Gobierno como solución ante la escasez de alimentos, señaló que “es una tremenda irresponsabilidad del Gobierno plantear esto como solución. Si no fuese por la grave crisis que vivimos, daría risa“.
A continuación la entrevista completa.
-En términos económicos vivimos una emergencia, los números antes descritos son sólo posibles en países con conflictos bélicos prolongados o desastres naturales de gran magnitud. No es el caso de Venezuela. Y por supuesto, los impactos de esto sobre la población son brutales, y por ende, llevan a hablar de crisis humanitaria, especialmente por la rapidez del deterioro y la incapacidad para lograr una solución en el corto plazo.
-¿Cuál es el balance real de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción creados por el Gobierno?
-El Gobierno ya nos tiene acostumbrados a múltiples acciones orientadas a solucionar problemas nacionales que no llevan a nada y que, después de fracasar rotundamente y de generar cuantiosos gastos y despilfarro, pasan al olvido. Creo que los CLAP serán otro fracaso más.
-¿Es aconsejable mejorar o eliminar los CLAP?
-Los CLAP en el fondo son más de lo mismo: Mayores controles. Y, los controles generan mayores distorsiones y mayor escasez, pero no soluciones. Lo que necesitamos es una nueva institucionalidad que reconozca el papel del mercado, el estímulo a la producción y una verdadera política social que permita a los más vulnerables insertarse en la dinámica económica del país y superar la pobreza.
-¿Cuál puede ser el beneficio real de la agricultura urbana que promueve el Gobierno?
-La agricultura urbana es, en muchos países, una tendencia para hacer frente a la modernidad, a agresivos procesos industriales en el campo de los alimentos. Pero nunca apuntan a sustituir los mecanismos de gran escala de abastecimiento para un país. Es una tremenda irresponsabilidad del Gobierno plantear esto como solución. Si no fuese por la grave crisis que vivimos, daría risa.
-¿Puede considerarse exitoso o no el actual sistema cambiario?
-Es un completo fracaso. Y a través de varios indicadores lo puedes ver: La desindustrialización que vivimos incapaz de producir lo suficiente para hacer frente a la baja de importaciones. Segundo, la aceleración de la inflación, la peor de nuestra historia y en el mundo. Tercero, la brecha entre tasas de cambio que estimula el arbitraje y la corrupción. Cuarto, reservas internacionales mínimas que no garantizan nuestra operatividad externa como economía. El control de cambio es el símbolo por excelencia del fracaso de la gestión económica del chavismo.
-¿Cuán efectiva puede ser una unificación cambiaria sin desmontar el control de cambio como se ha planteado desde el Gobierno?
-Una aclaratoria: Técnicamente no puedes tener una unificación cambiaria sin desmontar el control. La unificación, como la entendemos los economistas, es el desmontaje del control cambiario. Y es claramente factible hacerlo en Venezuela, pero con otro modelo y otro equipo.
-¿Qué nos espera a los venezolanos si el Gobierno no obtiene financiamiento internacional?
-Lamentablemente, un cuadro de profundización de la crisis, porque con el recorte de importaciones y la incapacidad para aumentar la producción interna el cuadro que tenemos enfrente es mayor desabastecimiento, escasez y por ende, más colas, mercados negros y corrupción. Con un agravante: Una situación social peligrosa.
-¿Estamos condenados a un largo período hiperinflacionario?
-No. Es posible superar esta crisis pero, insisto, implica un cambio de modelo. Un giro de 180 grados en la forma cómo hemos venido manejando la economía.
-¿Cuáles son los componentes mínimos que debería tener un plan de ajustes capaz de recuperar nuestra economía en un corto plazo?
-Yo prefiero hablar de estabilización que de ajuste, porque nosotros somos una economía que está creciendo por debajo de su potencial, que está secuestrada, amarrada. Y hay que tener tres etapas en mente: Una de emergencia, donde la clave es saber qué vas a encontrarte y resolver el problema fundamental de la gente: Comida y medicinas. Una segunda etapa, que es el programa de estabilización con amplias reformas y acuerdos, y la tercera una agenda de reformas estructurales. Un programa de estabilización no tiene que profundizar la recesión. En una primera etapa debes trabajar en garantizar abastecimiento y atacar el problema de la escasez, aumento del poder adquisitivo de la gente, búsqueda de liquidez externa, incremento de la producción, estímulo a las inversiones, entre otros aspectos. Venezuela puede salir de esto, el escollo no es económico, es político.
-¿Podemos prescindir del Fondo Monetario Internacional o es un peaje obligatorio que debemos pasar?
-Yo creo que necesitaremos al Fondo. Pero eso no tiene porqué provocar traumas. El FMI de hoy es muy distinto al de 1989. Es capaz de asumir reformas heterodoxas, adaptadas a la realidad de cada país. Ahora, no soy iluso, eso también es una discusión política. Los políticos tienen la última palabra. Uno como técnico lo que hace es dar opciones de política económica, con ventajas y desventajas. El político decide. Ahora, el punto clave: La gran ventaja del FMI, más allá del tema reputacional, es que te da plata (liquidez externa) a bajo costo. Y para salir de esto, necesitamos bastante.
-¿Hasta dónde deberían llegar los controles del Estado en una sana economía?
-Hasta donde permitan y ayuden a corregir las fallas y limitaciones del mercado. Las políticas públicas son necesarias.
-¿Un cambio de gobierno bastaría para reflotar la economía?
-No. Es como dicen los matemáticos: Condición de primer orden. Necesaria, pero no suficiente. Y uno de los temas fundamentales es la capacidad para construir acuerdos entre los actores políticos y sociales. Venezuela va a necesitarlo, porque las reformas que necesitamos son profundas. Es un error creer que esto lo puede hacer sola una facción política. En ese caso, las probabilidades de fracasar son altas.