Dilma Rousseff: “golpes parlamentarios” sustituyen a golpes militares
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó este jueves durante una entrevista concedida a la cadena televisiva Telesur, que en América Latina “las élites están sustituyendo golpes militares por golpes parlamentarios”.
“Se está sustituyendo el método del golpe militar por otro tipo de golpe. Está en marcha en América Latina, y tenemos el reto común que son los golpes parlamentarios”, dijo la mandataria, que en estos momentos enfrenta un proceso de destitución promovido poe el Congreso brasileño.
Rousseff señaló que los gobiernos de corte progresista han podido arribar al poder por la vía electoral constitucional, sin embargo destacó que se observan “conflictos entre el Ejecutivo y el Legislativo que provoca disconformidad en ciertos sectores”, y que resultan en mecanismos políticos “aparentemente democráticos”.
La cuestionada presidenta subrayó que su posible destitución del poder “no es un golpe solo contra la democracia, sino contra los procesos de inclusión social en América Latina” y que, a su juicio, contenían políticas que fomentaban el crecimiento y el desarrollo.
A Dilma Rousseff se le acusa de haber maquillado las cuentas públicas para ocultar el déficit presupuestario.
Sobre este asunto, insistió en que su posible destitución “no tiene base jurídica”, pues “no he cometido delitos de corrupción”, sino que se le acusa por asuntos de “administración presupuestaria que no son base para alejar a un presidente”.
Denunció que “hay un intento de alcanzar el gobierno no a través de las vías electorales”.
La Cámara de Diputados brasileña ya se pronunció a favor de abrir el proceso de destitución el pasado 17 de abril, y ahora le corresponde al Senado pronunciarse, algo que podría ocurrir a mediados de este mes.
Si los senadores aprueban la apertura formal del proceso, Dilma Rousseff tendría que apartarse del poder 180 días a la espera de su dictamen, período en el que sería sustituida por el vicepresidente Michel Temer, que pertenece a una fuerza política que abandonó la coalición de gobierno y al que la presidenta acusa de traición.