RSF acusa a Maduro por violación a libertad de prensa
Reporteros sin Fronteras (RSF) presentó una nueva campaña en la que muestra al presidente Maduro, junto a otros 11 mandatarios, como agresores de la libertad de prensa. Según la organización, en estos países se evidencia un deterioro profundo y preocupante de la capacidad de los periodistas para ejercer su labor.
Ejercer la libertad de prensa y de expresión se vuelve cada vez más arriesgado y complicado en un mundo en donde los periodistas y reporteros son amenazados por gobiernos y poderes fácticos, y usados como moneda de cambio en conflictos por grupos terroristas.
En el Día Internacional de la Libertad de Prensa, Reporteros sin Fronteras (RSF), una de las principales ONG defensoras de esta profesión, confirma en su informe anual sobre este tema, el “deterioro profundo y preocupante de la capacidad de los periodistas para ejercer su oficio y su función en total libertad o independencia”.
Por quinto año consecutivo, esta campaña realizada por la agencia BETC se hizo pública un día antes de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa con la intención de denunciar “el saqueo de la libertad de prensa en 12 países cuyos dirigentes pueden jactarse de haber amordazado la información”.
La ONG critica especialmente a países “cuyos dirigentes pueden jactarse de haber amordazado la información” en el último año.
Señala a los jefes de Estado de: Arabia Saudí, Salman Bin Abdelaziz Al Saud; Eritrea, Isaías Afwerki; Azerbaiyán, Ilham Alíev; Egipto, Abdelfatah al Sisi; Tailandia, Prayuth Chan-ocha; Turquía, Recep Tayyip Erdogan; Corea del Norte, Kim Jong-un; Irán, Alí Jamenei; Venezuela, Nicolás Maduro; Burundi, Pierre Nkurunziza; Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping.
Los líderes de estos países aducen que el control de los medios es necesario para mantener la seguridad y la estabilidad y bajo este argumento Egipto, por ejemplo, mantiene encarcelados a más de una veintena de periodistas, mientras en China cumplen penas decenas informadores críticos con el sistema.
“Incitar a la subversión contra el poder del Estado“, “difundir informaciones falsas” o “incitar a la violencia” se han convertido en la fórmula para hacer callar a quienes disienten de las opiniones de gobiernos o grupos armados.
“Frente a los mecanismos de censura y de control de la información, frente a los grandes aparatos de propaganda y de las ideologías, en particular el radicalismo religioso, hostiles al periodismo, la situación de la información independiente se hace más precaria tanto en el sector público como en el privado”, lamentó la organización.
En países occidentales, la lucha contra el terrorismo, cada vez más activo, sirve de coartada para limitar la libertad de información a través de leyes represivas, según critican las ONG.
Según su análisis, por todo el mundo hay “oligarcas que compran medios y ejercen presiones, que se añaden a las de los Estados, con frecuencia cómplices de los grandes grupos”.
Aunque no es el único caso, Amnistía Internacional cita el ejemplo reciente de Francia, golpeada este año por varios atentados yihadistas que dejaron decenas de víctimas mortales, y que ha endurecido leyes que afectan a la libertad de prensa.
RSF señala en su último informe que 54 periodistas se encuentran secuestrados en el mundo por organizaciones terroristas o criminales.
Y eso pese a los esfuerzos de ONG y algunos gobiernos que han pedido oficialmente la creación de un Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Seguridad de los Periodistas.