A veces me da la impresión de que el gobierno quisiera encarcelar a todo aquel que no se adapte a sus consignas. Ojalá sea solo una impresión. Se necesitaría mucho territorio para construir una cárcel donde quepamos todos los que no los queremos en el poder. Es tan larga la lista de culpables (que por “casualidad” rechazan el chavismo) de todas las desgracias que se viven en Venezuela y, son tan específicas las acusaciones de parte del gobierno, que algún salvoconducto deben tener para no estar detrás de las rejas.
Hay un dicho que reza: “muerto el perro, se acaba la rabia”.
No logro entender cómo es que supuestamente estamos armados hasta los dientes para enfrentar una injerencia del imperio, pero el presidente Maduro y su combo no han podido, en todo este tiempo, eliminar a la pandillita desestabilizadora que no los ha dejado gobernar en 17 años: los acaparadores, los contrabandistas, los conspiradores, los saboteadores. ¿Por qué no han sido expulsados del país? La respuesta es simple, si se terminan de marchar los empresarios opositores que quedan, ¿a quién se le echa la culpa de todo lo malo? ¿Empezaremos de nuevo con la epidemia de iguanas cuando se vaya la luz? ¿Quién ocuparía el puesto de Lorenzo Mendoza como culpable del desabastecimiento? ¿Cuál sería la razón de que salga agua negra por los grifos de las casas? Cuando el dolar llegue a 2000 Bs. en las calles y no exista “dolartoday”, ¿quién será el responsable? ¿Hasta qué punto puede llegar la creatividad de esos personajes?
Cuando los pocos canales de televisión que no son manipulados por el gobierno, también les pertenezcan, al igual que toda la prensa escrita ¿cómo alegarán que su devastación es el resultado de una guerra mediática? Los mejores aliados del manteniento de esta pobre revolución son sus supuestos enemigos. Si esa parte del pueblo que aún cree fervientemente en el “proceso” no tuviese a quien culpar del caos, como acto seguido de declaraciones irracionales echas por sus líderes, ¿se culparían a ellos mismos? ¿Supondrían que no hay comida porque están comiendo mucho? ¿Lo poco que consigan lo cocinarían con leña por falta de gas? ¿Defenderían el regreso al génesis, a épocas primitivas donde no necesitábamos “vanalidades”? ¿Confeccionarían sus mismos vestidos con telas viejas y desgastadas del uso? Pregunto, porque lo del textil es un caso también y, la verdad no creo que las grandes productoras de ropa en el mundo se quieran sentir tan vulnerables en una tierra sin ley, o mejor dicho con leyes a conveniencia. Quizás volvamos a usar caballos para movilizarnos y así adaptarnos a la calamidad vial que se ve desde los aviones.
“Los huecos son culpa de los carros, además, el asfalto contamina, luchemos por una Venezuela sin carreteras”. La pasta de dientes sería mejor no usarla no vaya a ser que nos quieran inocular alguna enfermedad a través de la higiene bucal. ¡Oh, no! ¡Queda Álvaro Uribe! Caramba, yo que creía que el madurismo se podía quedar solo, bueno, esperemos a que los “culpables de nada” logren equivocarse alguna vez para que sus seguidores los cuestionen un poquito, pero como Leopoldo López sigue preso, si se forman las guarimbas, creo que va a estar difícil declarar los enfrentamientos como ajustes de cuentas, a menos que estuvieran aceptando que es el pueblo pasándoles factura a ellos mismos.
Espero que algún día se les acabe el recurso del “yo no fui, fue Teté”. Todavía quedamos venezolanos con la voluntad de reconstruir nuestro país después de que este gobierno sinvergüenza, por fin, se largue.