El juez chavista con un extraño matrimonio en Miami y una insólita carrera

Maikel Moreno| Foto: Archivo

Maikel Moreno| Foto: Archivo

El magistrado Maikel Moreno un temido juez del oficialismo que persigue a opositores desde el Tribunal Supremo de Justicia se rodeó por un tiempo con los opositores venezolanos y con anticastristas refugiados en Miami, incluso llego  casarse con una mujer cubanoamericana.

Moreno se casó el 11 de abril del 2012 con Belkis Coralito Gachassin-Lafite, una cubana residente de Miami que le lleva nueve años de edad, así lo detallan los documentos de la corte. En junio del 2014  Moreno se divorcio. Ahora con 50 años de edad contraer matrimonio con Debora Menicucci, con tan solo 26 años de edad y quien fue coronada Miss Venezuela Mundo.

El matrimonio entre Gachassin-Lafite y Moreno fue denunciado ante las autoridades de Estados Unidos bajo sospecha de que el magistrado venezolano cometió fraude migratorio, dijeron personas familiarizadas con la situación.

El que Moreno haya pasado tiempo en el Sur de Florida entre la comunidad venezolana llama la atención dada la vehemencia con que el magistrado persigue a los opositores desde el TSJ y su cercanía con el gobernante venezolano Nicolás Maduro y a su esposa Cilia Flores.“Mikel Moreno se ha convertido en un verdadero verdugo”, dijo en Miami Patricia Andrade, presidenta de Venezuela Awareness, una ONG que vela por la preservación de los derechos humanos en el país petrolero.

Moreno reaparece ante la opinión pública como el abogado de los pistoleros vinculados al chavismo que abrieron fuego contra una manifestación pacifica de la oposición durante los eventos de abril del 2002.

“Él fue el defensor de los pistoleros del Puente Llaguno, que fueron los que dispararon contra los manifestantes”, dijo en Miami José Vicente Antonetti, periodista e investigador.

“Y Después, insólitamente, lo nombraron juez y luego le otorgan el caso del 11 de abril del 2002, que debió haber sido una causal de inhibición, porque él ya había actuado como abogado defensor en el mismo caso”, añadió Antonetti.

“En más de un caso él se ha salido de sus funciones para asegurarse de que los acusados por temas políticos reciban sentencias mucho más duras de las penas máximas que podrían esperarse en base a los cargos presentados. Normalmente los jueces tienen líneas marcadas por las leyes que deben respetar, pero en el caso de Maikel Moreno esa líneas no existen. Es un hombre que parece estar poseído por un intenso odio hacia la oposición, y el manifiesta eso en las sentencias”, señaló Andrade.

Ademas agregó “Los abogados defensores de casos políticos saben que no se puede hablar con él, o tratar de conseguir justicia de alguna manera, porque se sabe de entrada que él está allí para castigar a la oposición”.

El solo hecho que Moreno se haya hecho la máxima autoridad en materia penal en Venezuela es una insólita historia que muestra el poco interés del régimen bolivariano por respetar las leyes y las normas constitucionales.

Bajo las órdenes de Moreno, condujo al arresto de varios de los presos políticos mejor conocidos en Venezuela, incluyendo el criminalista Iván Simonovis, quien fue arrestado por presuntamente tratar de violar una prohibición de salir del país que en realidad no existía.

Esa prohibición fue introducida, después que Simonovis había sido arrestado por violarla, por el propio Moreno, relató Andrade.

La carrera de Moreno como juez se vio interrumpida en el 2007, por acusaciones de haber recibido sobornos para ordenar la liberación de los acusados en el caso de asesinato de la abogada Consuelo Ramírez Brandt.

Tras ser destituido, el entonces canciller Nicolás Maduro lo colocó de funcionario diplomático en la embajada de Venezuela en Roma.

Con el pasar el tiempo y las tensiones ya bajas en el 2014, fue nombrado magistrado del TSJ por una Asamblea Nacional que entonces estaba totalmente controlada por el chavismo.

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