Venezuela es presa de la Necrofilia Ideológica gracias a Chávez

Moisés Naím

Moisés Naím publica un artículo sobre la Necrofilia Ideológica, su razonamiento explica que si la necrofilia es la atracción sexual por los muertos. La necrofilia ideológica es el amor ciego por las ideas muertas. El psicólogo Sigmund Freud cataloga esta patología como la compulsión a la repetición: volver a hacer lo que ya se hizo y que se sabe que da malos resultados. En el ámbito de la política esto se ve mucho, sobretodo el gobierno venezolano que vive reviviendo las ideas de Chávez (que no surgieron en su momento y no surgirán ahora).

Pero esto no solo le pasa a los individuos. También le sucede a grupos políticos y hasta naciones enteras, que se entusiasman con líderes cuyas propuestas ya han sido probadas y siempre han terminado mal. La sorpresa es que estas malas ideas, que deberían estar muertas y enterradas, suelen reaparecer periódicamente. Sostiene Naím.

Naím expuso esta tesis hace años: la necrofilia es la atracción sexual por cadáveres. La necrofilia ideológica es el amor ciego por ideas muertas. Resulta que esta patología es más común en su vertiente política que en la sexual. Encienda su televisión esta noche y le apuesto que verá algún político apasionadamente enamorado de ideas que ya han sido probadas y han fracasado. O defendiendo creencias cuya falsedad ha quedado demostrada con evidencias incontrovertibles.” 

¿Será el caso del socialismo? el maoísmo es un buen ejemplo. Esta doctrina le costó la vida a más de 55 millones de chinos. En 1981 el Partido Comunista Chino emitió su diagnóstico final sobre la gestión de Mao: “Cometió errores de enorme magnitud y larga duración […], y lejos de hacer un análisis acertado de muchos problemas, confundió lo correcto con lo incorrecto y al pueblo con el enemigo. En esto se centra su tragedia”. Uno pensaría que esta conclusión debería ser suficiente para que las ideas de Mao se quedaran sin seguidores. Y estaría cometiendo un error: en un sorprendente número de países aún hay agrupaciones políticas que con gran entusiasmo se definen como maoístas. Explica, Naím en su artículo.

El columnista dice que Hugo Chávez es el mejor ejemplo de necrofilia ideológica en el siglo XXI. Todos los políticos, en todas partes, prometen lo que saben que la gente quiere oír. Es lo normal. Pero los populistas van mucho más allá.

Donald Trump, por ejemplo, nos ha dado extraordinarias muestras de populismo turbocargado. Extraditar a 11 millones de latinos de EE UU, construir un muro con México o prohibir la inmigración de musulmanes son algunas de sus propuestas. ¿Verdad que suenan tenebrosamente conocidas? Y no solo no va a funcionar, sino que son imposibles de llevar a cabo, aun cuando Donald Trump ganara las elecciones, cosa que no va a pasa. Pero eso no importa. Esas pueden ser ideas muertas y sin futuro, para los seguidores de Trump, pero son las razones que justifican su entusiasta apoyo.

Se puede  afirmar entonces que Venezuela es presa de una necrofilia ideológica aberrante, desde la llegada de Chávez. Es muy probable que en gobiernos pasados también se presentara. Pero el hecho es que, Hugo Chávez es más que Dios y el Libertador juntos y eso lo expresan diariamente los seguidores del difunto, con sus acciones; rezando en nombre de Chávez o tildándolo como el Nuevo Libertador. No quieren olvidarlo, y el gobierno de Maduro se regocija citándolo diariamente, parece que él habla a través de las palabras de Chávez para poder agradarle al pueblo.

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