Por negligencia muere embarazada en el Hospital Central de Barquisimeto
Familiares lloraban desconsolados en la morgue del Hospital central Antonio María Pineda, no podían creer la noticia y manifestaban su rabia por lo sucedido en los últimos seis días.
Ellos eran los hermanos y sobrinos de Miletza Martínez de 36 años de edad, quien iba a cumplir tres meses de embarazo e ingresó al centro de salud el día jueves, después de presentar mucho dolor y fiebre que la obligó a asistir al Seguro Social Pastor Oropeza, pero allí no fue atendida y se trasladó hasta el hospital central donde la hospitalizaron de inmediato aunque no sabía exactamente lo que tenía, reseña El Impulso.
Al día siguiente fue examinada por un médico amigo de la familia que trabaja en el hospital, quien al ver los eco que le habían realizado para verificar como se encontraban los dos bebés, se percató que el útero estaba lleno de coágulos de sangre por lo que pidió que le hicieran una cesárea lo más pronto posible, según lo relato la sobrina Elibeth Griman.
La noche del sábado fue que procedieron los médicos y le hicieron un curetaje sacando el resto de los dos fetos. Griman explicó que los especialistas nunca se percataron que existía un tercer bebé porque no era visualizado en el eco y por lo tanto no fue extraído del cuerpo de Miletza, quien quedó en observación en el hospital.
El día lunes los familiares llegaron para verla y entregar todos los insumos que les habían solicitado, pero a Miletza no la encontraban en ninguna de las camillas del área de obstetricia y las enfermeras de guardia no tenían información de la paciente. Después de las suplicas de los parientes una de las enfermeras recorrió otras áreas y la encontró en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Al esposo explicaron que se había contaminado por lo que fue intervenida de emergencia y su estado era muy grave. Les pasaron una nueva lista de insumos y medicamentos que debían llevar.
La sorpresa que se llevó el esposo de Miletza el miércoles, fue cuando la doctora de guardia le informó que sería desconectada porque no había posibilidades de que sobreviviera, sin embargo los familiares consideraban que si había tenido mejoría en las últimas horas y se negaron a que le quitaron los equipos.
Sólo minutos pasaron, mientras el esposo salía del área y una de las sobrinas subía para ver cómo estaba, pero se encontró que ya habían procedido a desconectarla.
Para los familiares la muerte fue el resultado de negligencia médica que ahora deja a dos adolescentes y dos niños huérfanos.