“Lo urgente es conseguir divisas y cambiar el modelo económico” dice Pedro Pablo Fernández

Pedro Pablo Fernández

Pedro Pablo Fernández

El director del Centro de Formación de Políticas Públicas (Ifedec), Pedro Pablo Fernández, asegura que, aun cuando él ha sido muy crítico con respecto a las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), en este momento Venezuela no debe cerrarse a esa opción por una razón basica: no hay divisas suficientes para importar comida y medicinas y traer materia prima.

A continuación la primera parte de la entrevista:

¿En qué se basa usted para decir que inevitablemente Venezuela tiene que ir al FMI en busca de asistencia financiera?

El problema más grave que tiene Venezuela en este momento es que no tiene divisas, y éste es un país que depende patológicamente de la renta petrolera. Nosotros en el año 2013 contamos con 53 mil millones de dólares para importaciones. En el 2014 eso bajó a 40 mil millones de dólares y este año nosotros podemos obtener unos 20 mil millones de dólares mientras que la importaciones están por el orden de 37 mil millones de dólares.

Con esos 37 mil millones de dólares de ingreso no se pudo, sin embargo, honrar a los acreedores, y nos tuvimos que comer 10 mil millones de dólares de las reservas internacionales, que bajaron de 24 mil millones de dólares para estar hoy en 14 mil millones. Aún así no nos alcanzó para abastecer al país de bienes y servicios o para que la industria pudiera importar materia prima, reseñó Noticiero Digital.

Hoy la deuda comercial es gigantesca. Este año no vamos a tener 37 mil millones de dólares sino que podemos llegar a 20 mil millones de dólares, si es que se recuperan los precios del petróleo. Pero en este momento los productores de papa le están pidiendo al gobierno 2 millones de dólares en semilla, para producir.

Entonces, el problema de Venezuela está ahí: este es un país que necesita divisas para poder producir, y además, para poder comer. Ese es el drama que se está viviendo, y el debate que se está planteando entre el gobierno y la oposición no contempla para nada ninguna propuesta de solución a este tema; que es el tema central del problema.

Necesitamos divisas para producir, nuestras reservas internacionales liquidas están en cero y lo que nos queda es oro. Necesitamos acudir a los organismos financieros multilaterales. Si en el mundo hubiera una gran expansión económica; bueno, habría muchos recursos disponibles para Venezuela. Pero China se está contrayendo. Europa está pasando dificultades. Brasil está pasando dificultades, México, Argentina.

Es decir, todos los países están viviendo un momento de dificultad económica. Eso nos ataca por dos vías: uno, baja la demanda de petróleo; dos, todos esos países van a requerir financiamiento. Entonces, Venezuela va a salir a pedir financiamiento en un momento muy duro.

¿Quién nos puede prestar en estas condiciones? El oro aquí en Venezuela no nos sirve para nada. Haberse traído el oro fue una tontería. El oro tiene que estar depositado en un banco en el extranjero; de manera que uno puede pedir prestado, dando el oro como garantía. Hoy la deuda venezolana es muy cara; porque nadie le presta a una persona que no tenga para pagar, y así el interés es muy alto en la banca internacional, y nuestro país va a tener muchas dificultades para encontrar ese financiamiento externo, de modo que para eso está el FMI.

Este fue un organismo que fue creado para asistir a países, que están pasando dificultades. El FMI es como un hospital a donde se acude cuando uno está enfermo, y Venezuela, en ese sentido, tiene necesidad de hacerlo.

Para esta clase gobernante, presa de una ideología, ¿usted cree que estaría dispuesta a ir al FMI?

Yo no quiero centrarme tanto en la cuestión del FMI. Porque no es tanto tener que ir al FMI o no ir. A lo mejor el país tiene alternativas distintas. Lo que sí es urgente que reconozcamos es que la economía venezolana está enferma, y requiere terapia. A mí me angustia que el liderazgo político se cuida de no decir un montón de cosas porque consideran que no son populares, y porque nos hemos metido en la cabeza que no podemos decirlas.

La situación no está para sacarle provecho político a nada. Se trata de un momento en que se requiere de una tregua política, y que seamos capaces de poner los intereses de los 30 millones de venezolanos que tienen su vida amenazada por la crisis económica, por una parcialidad política. Lo importante en este momento para nuestro país es encontrar divisas, para reactivar la economía.

Yo he escrito en los últimos tiempos mucho contra las políticas del FMI, ya que me parecen que han sido equivocadas. Fracasó con aquello del Consenso de Washington; que consistía en un conjunto de medidas que se trataron de imponer en la Venezuela de Carlos Andrés Pérez, en el Perú de Alberto Fujimori y en la Argentina de Carlos Menem, y que fracasaron porque primero desconocieron las realidades donde esas medidas se iban a aplicar.

Se equivocó, además, el FMI en el diagnóstico que hacía con respecto a Alemania, pues consideraba que este país no crecía porque había establecido controles al sistema financiero, y a los pocos días de haber dicho eso, todo el sistema financiero norteamericano se caía, precisamente porque el Estado había dejado de tener controles sobre el mismo.

De modo que esto me lleva a mí a mantener mis reservas con relación al FMI. Pero durante estos 17 años de gobierno chavista-madurista este gobierno no ha dejado de pertenecer al FMI, y lo ha mantenido durante todo este tiempo. A mí no me vengan con la demagogia de que el FMI es Satanás. El gobierno ya debía haberse separado de este organismo.

Pero este es el momento de acudir al FMI hasta para ir en busca de una receta económica, pues hay que enseriar la economía venezolana. El origen de la inflación estriba en el hecho de que el gobierno gasta más de lo que le ingresa al país, y esto lo hace imprimiendo dinero sin respaldo. Nosotros le estamos solicitando al gobierno que controle la inflación, y eso pasa por la reducción del gasto público.

Es por eso que yo no puedo pedirle al gobierno que reduzca el gasto público, mientras trato de aprobar una ley de cestaticket para los jubilados del Seguro Social. Eso es inviable. El país no tiene recursos. Así que el liderazgo político tiene que ponerle seriedad a esta crisis. Porque hay que tomar en cuenta que son 30 millones de venezolanos los afectados por esta situación.

¿Cuáles serían para usted las alternativas en caso de que no se quiera ir al FMI?

Son varias, aunque es muy difícil en este momento conseguir financiamiento; porque el mundo está en este momento en un proceso de estancamiento, en lo que respecta al crecimiento económico. Pero el Estado tiene el oro de las reservas internacionales, que son más de 12 mil millones de dólares. Tiene además activos en el extranjero.

Además, el gobierno pudiera ampliar el porcentaje accionario de las empresas extranjeras que están invirtiendo petróleo en Venezuela. El país no está insolvente. El país lo que tiene es un problema de liquidez de dólares. Ahora, si el gobierno este año recurre a esos mecanismos y vende los activos y utiliza las reservas internacionales a lo mejor este año comeremos, y tendremos algunas medicinas. Pero quebramos al país, y entonces el año que viene nos vamos a encontrar con una situación desesperada.

De hecho ya estamos en una situación desesperada, y es por eso que a mí me angustia ver que se ha suscitado una discusión por las fotos de Chávez y de Bolívar. ¡Vamos a ocuparnos de los temas de la sociedad venezolana! El tema hoy es el de la crisis económica.

Ahora, nosotros podemos acudir a cualquier organismo multilateral en busca de asistencia financiera, pero si antes no se reestructura el modelo económico, nosotros nos comemos esos recursos, y nos quedamos sin nada; como el año pasado que nos tragamos 10 mil millones de dólares de las reservas internacionales.

Eso pasa por adoptar un manejo eficiente de nuestra política fiscal, que ponga fin a una expansión monetaria inorgánica, que es lo que causa la inflación. En segundo lugar, un nuevo esquema de política petrolera. Aquí tenemos que generar una serie de estímulos a la inversión extranjera para que se sienta atraída para invertir en nuestra industria petrolera.

Asimismo, tenemos que generar incentivos para la inversión privada en general. No sólo en la industria petrolera, sino también en otras actividades económicas. Además, tenemos que llevar a cabo algunos ajustes institucionales, tenemos que revisar la política de los controles de precios, los controles a las tasas de interés.

Por último, tenemos que adoptar un sistema cambiario que permita el desarrollo normal de la economía. No es posible que exista un mercado cambiario con cuatro tasas, y además una a 6,30, que no solamente estimula la corrupción, sino que además no permite que se desarrolle la industria nacional. Yo creo que debemos ir a un cambio dual, es decir, una tasa preferencial, para las necesidades prioritarias del país, y un tipo de cambio que fluctúe sin la intervención del BCV.

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