La crueldad del Estado Islámico no tiene límites

La crueldad del Estado Islámico no tiene límites

La crueldad del Estado Islámico no tiene límites

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se supera continuamente en crueldad con tal de seguir acaparando portadas en los medios de comunicación, pese a la creciente presión militar a la que se ve sometido en Siria y en Irak.

Desde que en junio de 2014 proclamó un “califato” en las regiones conquistadas en los dos países, este grupo acusado por la ONU de crímenes de lesa la humanidad multiplica las atrocidades en sus vídeos, convertidos en su principal arma propagandística.

El grupo utiliza las redes sociales para hacer circular por el planeta las escenas de asesinatos colectivos y de decapitaciones, como las de varios rehenes occidentales el año pasado.

Uno de los últimos vídeos da un paso más en el horror. Hasta ahora, el grupo presentaba un plano con el verdugo armado con un cuchillo seguido de otro con la cabeza de la víctima, pero el martes difundió toda la escena de decapitación en Irak de varios “espías”.

En noviembre, el presidente estadounidense Barack Obama calificó al EI de “grupo de asesinos que disponen de buenas redes sociales”.

Los yihadistas recurren a métodos más desalmados todavía porque quieren estar siempre en el foco de los proyectores, asegura Mia Bloom, profesora en la Georgia State University.

Entre la panoplia de atrocidades destacan los prisioneros quemados en jaulas o atados a dos coches que arrancan en direcciones contrarias. El EI incluso ejecutó a detenidos haciendo estallar las columnas de la ciudad antigua siria de Palmira a las que los habían atado, reseñó Sumarium.

También reivindicó ataques espectaculares en el extranjero, sobre todo los de París (130 muertos) y la explosión de un avión civil ruso que sobrevolaba Egipto (224 muertos).

Los vídeos violentos “atraen a tipos de personas que quieren vivir en la realidad el ‘Call of Duty’, a gente con un pasado violento y que quieren reinventarse” , asegura Bloom, refiriéndose al conocido videojuego.

En una puesta en escena similar a la de un videojuego, el EI difundió en diciembre imágenes de niños que avanzan entre ruinas en busca de prisioneros para matarlos.

El uso de niños con fines propagandísticos es una forma de llevar más lejos el horror. “Pasaron de ser observadores de la violencia a actores de pleno derecho. No tiene precedentes”, asegura Mia Bloom.

El EI utiliza esta “ultraviolencia” para impresionar a sus simpatizantes, aterrorizar a sus opositores y “transmitir su mensaje por el mundo”, estima el analista Charlie Winter.

Este experto afirma que el grupo oscila entre imágenes violentas y la representación del “califato” como una utopía islamista.

Los videos con “mayor impacto” son los que muestran nuevas formas de matar, dice. “En los últimos meses, el EI exploró nuevos tipos de perversión, arrastrando las víctimas con un coche hasta causarles la muerte, ahogándolas, quemándolas y así sucesivamente”.

“Banalizó tanto las decapitaciones que ya no conmocionan”, añade el experto.

Este aumento del horror podría deberse a la presión militar contra ellos en Irak y en Siria y a su voluntad de seguir transmitiendo una imagen de poderío pese a que en realidad su producción mediática disminuyó.

En un análisis del Centro Internacional de Estudios sobre la radicalización y la violencia política, el investigador Aaron Zelin afirma que pasó de 3.762 producciones colgadas en la web entre junio y agosto a 2.750 entre septiembre y noviembre.

Esta disminución también podría deberse a la muerte de responsables de comunicación del EI en bombardeos de la coalición internacional contra el grupo yihadista.

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