Oposición venezolana enfocada en las parlamentarias del #6D

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Golpeada por un desplome de los precios del petróleo y maniatada por controles disfuncionales al tipo de cambio, Venezuela sufre de una inflación desbocada, una grave recesión y de la escasez en todo el país de múltiples artículos, desde leche a partes de vehículos. Reseña La Patilla.

Por Ricardo Figueroa / Reuters

“Todas las encuestas hablan de una diferencia irreversible a favor del cambio, pero las elecciones se ganan con votos. Y todo ese descontento tenemos que transformarlo en votos”, dijo Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda.

El secretario de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba, afirmó que el Gobierno debería ordenar una investigación parlamentaria sobre el caso de narcotráfico.

“No hay necesidad de esperar al próximo 5 de enero para que la nueva Asamblea Nacional, con mayoría democrática, designe una comisión que investigue este caso”, sostuvo.

Maduro y otros han negado reiteradamente la participación de cualquier funcionario en el narcotráfico, y acusan a Machado, Capriles, Torrealba y otros de conspirar para desestabilizar al Gobierno a instancias del Gobierno de Estados Unidos y la antigua elite de Venezuela.

La campaña electoral comenza oficialmente a partir de este viernes y los líderes del Gobierno invocan al nombre del fallecido Hugo Chávez cada vez que pueden para intentar ayudar a los candidatos de su sucesor, el menos popular Maduro.

“El 6D Gana el Pueblo de Chávez”, dijo Maduro, de 52 años, durante una prueba de la formidable máquina de movilización de votantes de su partido.

Pero incluso Maduro, quien por largo tiempo sirvió como ministro de Relaciones Exteriores y no ha logrado replicar la conexión de Chávez con las masas, ha reconocido que la elección se perfila como una de las más duras hasta la fecha para el “Chavismo”, que sólo ha perdido una de más de una docena de votaciones nacionales desde el triunfo de Chávez en 1998.

Los adversarios de Maduro quieren un referendo revocatorio en el 2016 para sacarlo del poder si la oposición logra un gran triunfo en diciembre.

Si obtiene el control de la Asamblea Nacional de 167 miembros, la oposición probablemente también intentaría socavar al “Chavismo” a través de reformas legislativas, y demandaría la liberación de los opositores encarcelados.

Si consiguen una mayoría de dos tercios, podrían cambiar a funcionarios judiciales y electorales en instituciones que la oposición dice que se han vuelto serviles al Gobierno.

“No más matazón”

Eso podría poner a la oposición en un curso de choque con Maduro, quien puede sortear a la asamblea gobernando a través de decretos y ha prometido que preservará el legado de Chávez.

Las protestas de la oposición que generaron hechos de violencia y provocaron 43 muertes en el 2014 siguen en la mente de los venezolanos.

“Esto ya no se trata de si yo quiero o no quiero cambio en el sentido teórico. Me urge, ya, para que yo y mis niños puedan comer”, dijo la profesora Marleny Gómez, de 36 años, mientras hacía fila con cientos de otras personas en un supermercado estatal bajo el sol matinal.

“Pero créeme, lo que nadie quiere es más matazón como el año pasado”, agregó Gómez, una ex partidaria de Chávez del barrio Petare de Caracas que dijo que en esta oportunidad votaría por la oposición.

Aunque los opositores de Maduro están optimistas, enfrentan una enorme lucha.

El “Chavismo” aún tiene un núcleo apasionado que, sin importar sus reservas sobre Maduro, aún ven a la oposición como lo hacía Chávez: una elite capitalista conspiradora e indiferente desesperada por poner sus manos en la riqueza petrolera de Venezuela.

La distribución geográfica de los escaños favorece al Gobierno porque da preponderancia a las zonas rurales, donde el respaldo al Partido Socialista es más fuerte. Los líderes de la oposición se quejan de que las autoridades electorales han inclinado la votación hacia el partido gobernante.

Ninguna encuestadora ha realizado sondeos en todos los distritos electorales, la que sería la mejor forma de medir este tipo de votos.

“Aunque la oposición se mantiene como clara favorita, no debe caer en triunfalismos (…) La campaña final será feroz. La capacidad de movilización oficial es infinitamente más elevada que la de sus adversarios”, dijo el encuestador Luis Vicente León.

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