La crisis económica “se está extendiendo como un virus”
“En vez de buscar satanizar a las universidades, una Asamblea Nacional decente buscaría espacios de acuerdo y encuentro para solucionar la crisis”.
El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, consideró este domingo que la actual crisis económica que vive el país “se está extendiendo como un virus a todas las áreas de la vida del venezolano”. Reseña Sumarium
Asimismo, acotó que las angustias de los ciudadanos “se han convertido en las preocupaciones que tienen los países en guerra, empezando por la inseguridad, ya que nuestro país tiene la segunda tasa más alta de homicidios del planeta con 82 por cada 100.000 habitantes. A esto ahora se le suma el sueldo que no les alcanza y los alimentos y los productos básicos no se consiguen”.
“Un país no se construye fortaleciendo lo militar, eso no es lo que va a hacer que nuestra Venezuela progrese. La prioridad debe ser siempre la educación“, resaltó.
A continuación el artículo completo:
Nadie puede ser indiferente ante la situación de crisis que estamos viviendo en nuestra Venezuela. La crisis económica se está extendiendo como un virus a todas las áreas de la vida del venezolano, nada ni nadie se salva, sólo una cúpula que gobierna.
La situación de por sí es preocupante, pero hay que encender las alarmas, aún más cuando vemos que nuestros niños, en vez de ser niños y cumplir su rol de niños, donde la máxima preocupación debería ser pasar las materias en la escuela o salir a jugar o hacer un deporte después de clase, se ven más preocupados por cómo harán sus papás para darles alimento, mantenerlos en la escuela o curar a algún enfermo en la familia.
Que el lunes en los Altos Mirandinos, mientras realizábamos uno de nuestros Gabinetes Escolares en la Escuela Dilia Delgado de Bello, se me acercara José, un alumno de tercer grado, y se sentara a contarme, como si fuera un adulto, lo que está viviendo su familia para conseguir los alimentos y productos, y cómo les cuesta mantenerlo a él y sus hermanos en clase, por lo costoso que ha sido comprar los uniformes y la lista de útiles escolares.
A su edad, José debería preocuparse por terminar la tarea y salir a jugar béisbol o fútbol, el deporte que él quiera jugar, no debería sentir la angustia que vive al ver a sus papás sacando cuentas todo el día para ver a qué van a destinar cada quincena.
Es curioso, que mientras los venezolanos a lo interno hacen su lista de prioridades para destinar sus pocos ingresos de la manera más adecuada, tenemos un gobierno que en vez de poner el ejemplo, hace todo lo opuesto, e invierte los recursos que son de todos los venezolanos en mantener una agenda que les permita estar amarrados al poder.
Las preocupaciones de los venezolanos se han convertido en las preocupaciones que tienen los países en guerra, empezando por la inseguridad, ya que nuestro país tiene la segunda tasa más alta de homicidios del planeta con 82 por cada 100.000 habitantes. A esto ahora se le suma la angustia diaria que viven los venezolanos porque el sueldo no alcanza y los alimentos y los productos básicos no se consiguen, este año va a cerrar como el año de mayor escasez de nuestra historia.
Y es que, mientras Nicolás quiere que celebremos el 30% de aumento de los salarios, la realidad es que ese ajuste se queda corto ante la galopante inflación. ¿Qué se hace con 30% de aumento si la inflación va a cerrar por 200%? Venezuela va a cerrar el año 2015 con la inflación más alta del mundo y la más alta de la historia de nuestro país.
En lo que lleva de gobierno, Nicolás ya ha realizado “aumentos” de salario mínimo, cuatro han sido este año 2015, y en todos se ha quedado corto con la inflación. Cuando se piensa en realizar un ajuste de salario mínimo -porque no es un aumento como quiere hacer creer este gobierno- deben tomarse en consideración los precios desde el último aumento y la inflación con la que va a cerrar el año.
En un año, el costo de los alimentos ha subido 339,6%. Sólo la canasta alimentaria está por encima de los 60.000 bolívares, con lo cual, se requieren unos 7 salarios mínimos para poder adquirirla.
“Y es que ya lo hemos dicho, ningún ajuste de salario va a funcionar si no se acompaña de otras medidas que reactiven la economía, como el fortalecimiento de la producción nacional y la generación de empleos de calidad.”
Pero qué se puede esperar de un gobierno que pone a la educación en el último escalafón de la pirámide de prioridades. En vez de gastar recursos en otros países, se deberían invertir para resolver la crisis universitaria que afecta a más de 300.000 estudiantes universitarios.
En vez de destinar tantos recursos para lo militar, hacen falta más recursos para la educación. Creemos que las Fuerzas Armadas tienen su rol, pero para llegar a ser un buen general primero hay que pasar por la escuela y tener un buen docente y una buena educación. Entonces, no tiene mucho sentido que mientras un profesor universitario titular a dedicación exclusiva va a pasar a ganar unos 36.000 bolívares, el sueldo de un general va a estar por encima de los 130.000 bolívares, sin contar todos los gastos adicionales como carro, casa, relaciones sociales, entre otros. No se justifica que un general gane tantas veces más que un profesor universitario con ese nivel de preparación.
Un país no se construye fortaleciendo lo militar, eso no es lo que va a hacer que nuestra Venezuela progrese. La prioridad debe ser siempre la educación, Venezuela tiene que fortalecer todos los días su educación. Hay que destinar más recursos para la reparación y mejoras de las escuelas, para la preparación y el fortalecimiento de nuestros docentes, para abrir más universidades y fortalecer las que ya existen, para establecer convenios con universidades extranjeras que permitan un intercambio de conocimientos entre los alumnos.
Todos los países que se han desarrollado han entendido que el progreso se logra formando su recurso humano. Hay que formar a nuestro recurso humano y darle todas las herramientas para que se desarrolle. El sueldo de un profesor universitario, que tiene en sus manos la formación y preparación de nuestro recurso humano, no llega a 50 dólares mensuales en nuestro país, mientras en otros países como nuestra vecina Colombia, un profesor universitario gana 5.000 dólares mensuales.
Los profesores venezolanos ven su vida deteriorada en su país, mientras les ofrecen sueldos superiores en otras naciones, donde sí le dan valor a la formación de las nuevas generaciones y a su preparación para el desarrollo del país. Se nos va el talento venezolano y a este gobierno no le interesa, solo hay que echarle un ojo al Presupuesto presentado para el año 2016, el gobierno está entregando a las universidades sólo el 20% de los recursos que requieren.
Cualquier partida es más grande que el presupuesto de una universidad, hasta prefieren invertir 480 millones de dólares para potenciar unos aviones de guerra, como si eso resolviera la delincuencia o la escasez. La partida de viajes y viáticos de Nicolás -que le gustan tanto- es de 5 millardos de bolívares, la mitad del presupuesto de un estado donde viven 3 millones de personas -Miranda-. Pero insisten que la crisis es porque bajó el precio del petróleo, cuando además decían que podría llegar a cero y nunca nos afectaría.
Como dijo el martes durante nuestro #PreguntaCapriles el Rector de la USB, Doctor Planchart: “La crisis de la educación es una tragedia nacional”. Esos profesores que se han ido deberían estar aquí generando conocimiento en nuestro país. Están perjudicando a nuestra juventud y la posibilidad de progresar en nuestra Venezuela.
Un gobierno serio ya hubiera buscado la solución para detener la fuga de talentos tan terrible que está sucediendo en nuestro país. El problema está en que este gobierno pretende colocar la universidad venezolana al servicio de un objetivo político, no les interesa la universidad autónoma porque eso genera un pensamiento libre, por eso no se mortifican mucho en conversar con los profesores universitarios para alcanzar soluciones.
Tener a los estudiantes universitarios en paro puede ser para ellos una ventaja, pues en cierta forma deben pensar que es una manera de tenerlos desmovilizados. Pero yo estoy seguro que nuestros estudiantes están comprometidos con nuestra Venezuela y sus ganas de tener un mejor país los une aún más en tiempos de crisis.
Esta es otra gran razón para unirnos y luchar juntos por el cambio que merece nuestra Venezuela. En vez de buscar satanizar a las universidades, una Asamblea Nacional decente buscaría espacios de acuerdo y encuentro para solucionar la crisis. Piensa en el futuro de tus hijos y el 6 de diciembre escojamos a quienes van a hacer el presupuesto del país con las prioridades claras, con las mismas prioridades que tienes tú como venezolano.
Como dijo Deyanira en La Guairita, en Guarenas, el jueves: el pueblo es el que habla y el pueblo está cansado de tanta mentira. Vamos Venezuela, que juntos construimos el cambio. ¡Dios los bendiga!