La conmovedora carta que escribió Antonio Ledezma desde Ramo Verde
La carta escrita por el alcalde metropolitano y preso político, Antonio Ledezma.
A continuación el mensaje:
Cárcel de Ramo Verde. 8 de marzo de 2015
Mensaje a mis nietas y nietos de mi vida.
Les escribo rebozado de emoción después de releer una y otra vez, sus afectuosos mensajes que me tonifican el alma.
Esas cartas las he colgado en la celda en la que, paradójicamente, me siento más libre que nunca, porque mi conciencia me absuelve de esas infundadas imputaciones fabricadas por este régimen recalcitrante, que busca paralizarnos de miedo y silenciar nuestra voz, siempre dispuesta a formar parte de los coros de libertad junto al pueblo al que nos debemos. Por eso tengo presente la reflexión del Presidente Roosevelt, cuando una vez dijo: “De nada hay que tener más miedo como no sea del miedo mismo”.
Por eso el miedo natural a sobrellevar esta calamidad, en vez de inhibirme, me fortaleció el ánimo y la voluntad de servirle a nuestro país. Pensando más bien en la libertad de todos y en el progreso de Venezuela, convertí el miedo en un sentimiento útil.
Quiero que sepan que cuando los recuerdo no me agobia la tristeza, más bien me avivan la valentía y revitalizan la moral; recursos fundamentales para seguir defendiendo con hidalguía los principios que nos impulsan a ofrendar esta noble y justa lucha por la Patria a la que nos debemos.
Queridos nietos y nietas, hijos de la Venezuela del futuro:
Esta es la hora de esmerarnos, con más abnegación y coraje para despertar a un pueblo que debe entender que en una auténtica democracia, la calle es de todos los ciudadanos.
A continuación, he querido parafrasear el histórico, elocuente y memorable discurso pronunciado en 1963 por el inmortal Martin Luther King.
Estimulado por ese ciudadano universal les digo:
“Tengo el sueño de que un día nuestra Venezuela se colocará por encima de las mentiras y volará impulsada por los vientos de sus reales creencias”.
“Sueño que Venezuela retomará su original esencia y su fidedigna historia, pero sin borrones ni falsificaciones”.
“Sueño que aflorará la idiosincrasia que nos ha caracterizado siempre: ¡Somos un pueblo bueno, decente y trabajador!”
“Sueño queridos jóvenes y respetadas familias de mi Venezuela, en que algún día ustedes, sean capaces de compartir juntos, con tranquilidad espiritual, la mesa de la concordia con los hijos y los nietos de mis custodios o cancerberos”.
“Sueño en que pronto, en todos los pueblos que hoy protestan y se inquietan por tanta agitación, se transformen en un oasis de libertad y de justicia”.
“Sueño que ustedes, ni ningún joven venezolano, como ocurrió con Marco Aurelio Coello, sean ciudadanos de una Nación en donde serán juzgados por sus ideas, sino por la conducta de su carácter”.
“Sueño con un país en el que nos despertemos y sintamos que vivimos en una tierra fértil para la esperanza, para la lucha creadora, la justicia y la paz. Un país donde se nos revelará la Gloria de Dios y todos los venezolanos podamos verla, incluso los que han caído en estas horas de sacrificios”.
“Este es también mi sueño pleno de optimismo, con una fe inquebrantable, serena para avanzar en medio de turbulencias que desatan desesperación que debemos convertir en sosiego para que los odios y rencores den pasó a la Hermandad Nacional”.
Queridos niños, jóvenes, mujeres y hombres del porvenir:
Los invito a que digamos juntos:
“Hoy Venezuela nos pide que hagamos el gran esfuerzo, que no nos fallen nuestras piernas, que nos den más para no ceder en el camino tan exigente que tenemos por delante”.
“Yo no quiero cantar el himno nacional después de que se me muera mi país en las manos, quiero gritar Gloria Al Bravo Pueblo en un país vivo, alegre, unido, con futuro y desbordado progreso. La indiferencia ante el desastre no tendrá perdón de Dios. No pensar en los hechos pavorosos. Y seguir opinando con “tu aire de calculado extravío” será injustificable ante los ojos de tus hijos en el futuro”.
“Hoy sonara el diapasón de la libertad con fuerza de voces que despiertan desiertos y una llamarada inextinguible de pueblo convertido en antorcha, dejara hecha cenizas los pesimismos, los recelos, los enconos y desde hoy sentiremos el calor abrazador de la victoria irreversible. Para Leopoldo y para Daniel mi abrazo que nos hace inseparables desde aquellos días en Ramo Verde. Declamando juntos inspirados en Martin Luther King, decimos:
“Tengo un sueño de trabajar juntos, de luchar juntos, de jugar juntos, de unirnos para defender juntos la libertad sabiendo que un día seremos libres”.
La Bendición para todas y todos.
Antonio Ledezma preso político por la dignidad de Venezuela.
Cortesía de El Nacional