¿La doctrina cuasi-religiosa de EEUU para colonizar el mundo con bases militares?

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“EE.UU. tiene más bases militares extranjeras que cualquier otro pueblo, nación o imperio en la historia”, lo que “está haciendo más daño que bien” al crear las amenazas que son causa del nacimiento del radicalismo, las guerras y la inestabilidad mundial, sostiene el experto David Vine.

Con la retirada del grueso de las tropas de Afganistán e Irak, la mayoría de estadounidenses se ha olvidado de que EE.UU. sigue controlando el mundo con una red de un tamaño sin precedentes de bases militares, afirma David Vine, antropólogo y profesor de la American University de Washington, en la revista ‘The Nation‘. “Pocos estadounidenses se dan cuenta de que EE.UU. tiene más bases militares extranjeras que cualquier otra pueblo, nación o imperio en la historia”, asegura.

El experto señala que EE.UU. cuenta actualmente con 800 bases militares presentes de una forma u otra forma en 160 países y territorios (representando el 95 por ciento del total mundial). “70 años después de la Segunda Guerra Mundial y 62 después de la guerra de Corea, todavía hay 174 bases en Alemania, 113 en Japón y 83 en Corea del Sur (…) Otros centenares salpican el planeta en unos 80 países como Aruba, Australia, Baréin, Bulgaria, Colombia y Catar, entre otros”, enumera Vine.

Repartir bases por el mundo, ¿una doctrina cuasi-religiosa?

“Desde el comienzo de la Guerra Fría, la idea de que EE.UU. debe tener una extensa red de bases militares con decenas de miles de soldados repartidos por todo el mundo se ha convertido en una especie de doctrina ‘cuasi-religiosa’ de política exterior y seguridad nacional del país norteamericano”, indica Vine.

Según el antropólogo, esta política se dio a conocer como una “estrategia preventiva” y se asoció con la política de contención del principal rival geopolítico de aquella época soviética. Si bien la posibilidad de una extensa presencia militar estaba de alguna manera justificada, ahora muchos expertos señalan que las bases militares estadounidenses son inútiles y hacen más daño que bien.

¿Bases para ‘protegerse’ de amenazas que el propio EE.UU. crea?

El experto sostiene que la presencia de bases militares estadounidenses en Oriente Medio se ha convertido en un requisito previo importante para el crecimiento “del radicalismo y el sentimiento anti-estadounidense”. “La presencia de bases cercanas a lugares sagrados para los musulmanes en Arabia Saudita sirvió como gran herramienta de reclutamiento para Al Qaeda y parte de la motivación confesada de Osama bin Laden para los ataques del 11 de septiembre de 2001”, sostiene Vine.

Además, en casi todas las regiones del mundo el Ejército estadounidense tiene un comportamiento “genuino”: por ejemplo, en Okinawa las mujeres locales han acusado repetidamente a soldados estadounidenses de acoso y violación, recuerda el antropólogo. Todos estos elementos crean conflictos y un ambiente hostil, causando un daño irreparable a la imagen de EE.UU. a ojos de la población local.

Creando una nueva Guerra Fría, base a base

“No está claro si las bases traen consigo algún beneficio a la seguridad nacional y la paz mundial. Sin una superpotencia enemiga, no se sostiene el argumento acerca de la necesidad de mantener tal escudo para proteger a EE.UU. o sus aliados”, afirma Vine.

Por el contrario, indica el antropólogo, “la colección mundial de bases” ha permitido al Pentágono desarrollar una serie de “intervenciones militares, ataques aéreos y guerras escogidas” que se han traducido en desastres repetidos, con un costo de millones de vidas y destrucción incalculable desde Vietnam hasta Irak. Las bases militares hacen que la guerra sea cómoda para EE.UU. y para las figuras decisoras la “opción de la guerra” es cada vez más atractiva.

Según el experto, en vez de contribuir a la estabilización en zonas peligrosas, las bases militares a menudo son objeto de tensión y un obstáculo para la actividad diplomática. La instalación de bases militares cerca de países como China, Rusia o Irán aumenta significativamente el riesgo de una respuesta por parte de estos países.

De esta forma, el creciente militarismo de EE.UU. está dando un nuevo impulso a la carrera de bases y armas militares, causando estragos en las batallas geopolíticas, asevera el profesor. “La guerra contra el terrorismo” se ha convertido en un conflicto global que solo ha fortalecido a los radicales y terroristas y la construcción de las bases para “la protección” de los intereses de EE.UU. de las “amenazas de Rusia y China” enfrenta a las principales potencias mundiales.

“En otras palabras, en lugar de hacer el mundo más seguro, las bases estadounidenses hacen la guerra más probable y los países donde se ubican, menos seguros”, sentencia Vine.

Vía RT

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