¡Impagable! Se necesitan cinco días de sueldo mínimo para comprar un perro caliente

Se necesitan cinco días de sueldo mínimo para comprar un perro caliente | Foto: Efecto Cocuyo

Se necesitan cinco días de sueldo mínimo para comprar un perro caliente | Foto: Efecto Cocuyo

“Tenía tres meses que no comía ni un perro caliente, suben de precio más rápido que mi sueldo”, expresó Dennis Matos en un puesto de comida rápida en la avenida Francisco de Miranda, en Caracas, mientras esperaba a que le sirvieran una hamburguesa. Esta “bala fría” aumentó alrededor de Bs. 70.000 en menos de 60 días, lo que trajo como consecuencia la caída en sus ventas, pues si antes servían 200 hamburguesas diarias, ahora no pasan de 70.

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A finales de noviembre de 2017, una hamburguesa en la capital podía costar entre Bs. 30.000 y Bs. 47.000. Para este miércoles 10 de enero se consigue una, considerada “económica” por los compradores, en Bs. 100.000; mientras que el perro caliente, que valía en el penúltimo mes del año pasado entre Bs. 14.000 y Bs. 23.000, cuesta actualmente Bs. 45.000, reseña Efecto Cocuyo.

Los aumentos salariales fueron mucho menores que la variación de precios de la comida rápida. Con la paga de un día de trabajo después del 1 de noviembre, cuando el sueldo mínimo era de Bs. 177.507, se necesitaba la remuneración de tres jornadas laborales, equivalente a Bs. 5.916 por cada día trabajado, para comprar un perro caliente “barato”. Ahora, pese al aumento del 31 de diciembre se requiere de cinco días de salario mínimo (Bs. 8.243 por cada jornada laborada).

Si se junta el sueldo mínimo con el bono de alimentación diarios, la disminución del poder adquisitivo del venezolano también se evidencia. Hace dos meses, con el aumento salarial y de los cestatikets en noviembre (Bs. 15.216 diariamente) se necesitaba un día de trabajo para comprar un perro caliente. A la fecha se necesitan de dos jornadas para comprar el más económico con la sumatoria del ingreso salarial más el beneficio alimentación: Bs. 26.583.

Según diversas firmas financieras, en 2017 la inflación fue de 2.700% en Venezuela, mientras que los incrementos salariales acumulado durante todo el año pasado fue de 511%.

Los precios de los ingredientes están por los cielos

Empleados y encargados de varios puestos de comida rápida en los municipios Chacao y Baruta del estado  Miranda explicaron a Efecto Cocuyo, que los aumentos continuos se deben a que losingredientes de las “balas frías” se incrementaron muy rápido.

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Una caja de salchichas, con paquetes de 12 unidades, pueden valer Bs. 3.600.000, mientras que en noviembre su costo era de Bs. 1.600.000. El paquete de seis unidades de carne para hamburguesa vale Bs. 150.000; la salsa de tomate por galón cuesta Bs. 1.200.00; la mayonesa, en la misma presentación la compran en Bs. 600.000; la mostaza Bs. 800.000 y cuatro kilos de papas las consiguen los “perrocalenteros” en Bs. 800.000.

Menús reducidos por la inflación

El incremento de los ingredientes conllevó a que en algunos puestos redujeran las opciones en sus menús. Luis Arellano, empleado de un puesto en la calle San Felipe de La Castellana, confesó que han dejado de preparar hamburguesas con chuleta y tocineta, porque los precios de esos derivados del cerdo son muy elevados. “Dejamos de utilizar ciertas salsas, porque son demasiado caras”.

Efecto Cocuyo constató que en otros establecimientos enChacao y Chacaíto los carteles que muestran variedad en comidas rápidas  tienen tachaduras, puesto que ya no los venden. Para elaborarlos necesitan ingredientes que escasean y/o son muy costosos. “Por ejemplo, elpepito no lo vendemos con la misma frecuencia porque la carne que usamos, que es de primera, subió mucho”, agregó Arellano. La carne de res se consiguió por encima de los Bs. 260.000.

Ventas en descenso desde septiembre

Alonso Oliveros, quien es el encargado de un puesto de comida rápida en la avenida Francisco de Miranda, cerca de la plaza Francia de Altamira, describió una situación parecida. Dijo que las ventas de perro calientes cayeron estrepitosamente desde hace cuatro meses. “Aquí vendíamos hasta seis cajas de salchichas, ahora no llegamos ni a una” indicó.

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Señaló que en el local ya no venden perros con salchicha polaca porque llevan más de un mes sin encontrarla. “También tenemos problemas con la salsa de maíz, de tocineta, la alemana y la barbecue. No la venden o no la conseguimos por galón, por eso no la hemos ofrecido más”, agregó el comerciante.

“El jefe está que tira la toalla”

La caída en las ventas pone el riesgo el trabajo de quienes se dedican a la preparación de las “balas frías”. Raul Acosta, empleado de un puesto en Chacaíto, expresó su preocupación ante la situación. “El jefe está que tira la toalla. Si eso pasa, nosotros nos quedaremos sin trabajo y ¿para dónde vamos a ir, sin en Venezuela no hay empleo?”, dijo el hombre de más de 50 años.

“Cuando nos quedemos sin trabajo muchos más, vamos a ver qué hace el Gobierno, porque esto no lo aguanta nadie”, aseveró el entrevistado, quien considera que es necesario que en el país haya un cambio en las políticas económicas, para que las personas “que trabajan honestamente” puedan aumentar su poder adquisitivo y “no tengan que depender a la caja del Clap”.

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