Baltazar Porras envió un mensaje de esperanza a los venezolanos (+Carta)

Cardenal Baltazar Porras | Foto: Cortesía

Cardenal Baltazar Porras | Foto: Cortesía

El cardenal Baltazar Porras envió un mensaje de esperanza a todos los venezolanos tras conocer los resultados de las elecciones de gobernadores celebradas el pasado domingo 15 de octubre.

En la carta difundida este miércoles, Porras señala que no puede existir un motivo para la desilusión y la desesperanza, pues -a su juicio- las adversidades y los fracasos están para superarse.

“No hay, no puede haber motivo para la desilusión ni la desesperanza. La razón es sencilla, las adversidades y los aparentes fracasos están para superarse no para llorarlos”, dice el cardenal en su misiva.

Además, insiste en que actualmente estamos ante un gobierno que ha sido calificado de “delincuencial” y esto no es solamente un epíteto, es una realidad.

En este sentido, espera que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tenga los elementos suficientes o sea capaz de desconocer los resultados electorales de los comicios regionales ante la opinión pública.

“Dios quiera y la MUD sea capaz, o tenga los elementos claros para poder ofrecer a la opinión pública, la acusación de desconocimiento y de fraude en los resultados electorales. Sería excelente para la salud social“, sentencia.

A continuación el texto íntegro:

Les escribo al llegar a Caracas hoy lunes 16, pues comenzaremos mañana las reuniones de comisiones episcopales. Esta vez con la obligación de decir una palabra certera en medio del clima reinante después de la jornada de ayer y los inexplicables resultados dados por el CNE:

La primera lección que debemos asumir es que la mejor manera de calibrar nuestra espiritualidad es cuando se presentan las situaciones adversas. No hay, no puede haber motivo para la desilusión ni la desesperanza. La razón es sencilla, las adversidades y los aparentes fracasos están para superarse no para llorarlos. Por supuesto que hay que hacer discernimiento personal y colectivo, pero no para desahogarnos ni buscar chivos expiatorios sino para ver hacia adelante. Nos toca por nuestra condición de creyentes y de pastores. Esto no quita que se sienta dolor y pena por lo sucedido.

En segundo lugar, hay que pisar tierra y no hacernos ilusiones vanas. Estamos ante un gobierno que ha sido calificado de “delincuencial” y esto no es solamente un epíteto, es una realidad y hay que asumirla como tal. Crece y crecerá la desconfianza y la falta de credibilidad en los organismos públicos, y esto es grave, por las consecuencias que pueda traer. Las tentaciones son muchas: violencia, exilio, componendas o enfrentamientos que deben ser guiados, en nosotros, por el respeto, la misericordia y la justicia. Nada fácil de compaginar pero así debe ser.

Tercero. Es fácil y cómodo achacar todo a la ineficiencia de la MUD. Tiene su responsabilidad y debe asumirla pero no se puede ser masoquista. La responsabilidad primera y mayor es la del gobierno y la de los organismos públicos que se deben a la ciudadanía y no a ninguna parcialidad. El comportamiento del CNE, del plan República, y el abuso grosero, antes, durante y después de las elecciones regionales, son muestra clara de ello.

Cuarto. Hay que evitar por todos los medios la tentación de la violencia. Es fácil, decir a la calle. Pero no se trata sin más de ofrecerse como carne de cañón ante quienes no tienen escrúpulos para lesionar vidas y bienes.

Quinto. No podemos hacernos eco de los que solamente son críticos de barrera, que no se comprometen con nada, critican todo, pero no se involucran. Más bien este tipo de personas hacen daño a la sociedad, y terminan sirviendo a los intereses de quienes dicen adversar.

Sexto. Dios quiera y la MUD sea capaz, o tenga los elementos claros para poder ofrecer a la opinión pública, la acusación de desconocimiento y de fraude en los resultados electorales. Sería excelente para la salud social.

Séptimo. No hay duda de que podemos hablar de incongruencias entre lo pronosticado y los resultados. Por supuesto que tanto los analistas como los que ofrecen datos pueden equivocarse. Pero la dimensión de lo sucedido, indica que hay algo más profundo. El manejo inescrupuloso de los datos, la manipulación y el regodeo ante el adversario, indicativo de que algo no va por buen camino.

Escribo a la carrera, porque hoy ha sido complicado abrir el internet. En los análisis de los próximos días tendré elementos más concretos que compartir con ustedes. Lo que no podemos en estos momentos es convertirnos en plañideras con cara de velorio y decir sin más: apaga y vámonos.

Hoy es el décimo aniversario de la muerte del Cardenal Castillo Lara. Escribió el 9 marzo de 2004, algo que hoy viene muy al pelo: “…el toque final lo ha dado el CNE con la conocida tramoya armada para tratar de impedir el referendum. Esa absurda resolución retroactiva, que pretende cancelar dos millones de firmas, pone fin a lo poco que quedaba de un Estado de derecho y está en sintonóa con todas las incotables tropelías del régimen. Ante ese trágico despertar del sueño de tantos venezolanos que un día creyeron en las falaces promesas del caudillo, ¿qué pensar? Que Chávez es el super megafraude en toda la historia de Venezuela”.

Con mi bendición, +Baltazar


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