Una insípida campaña electoral en una desmotivada Venezuela

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Campaña electoral | Foto referencial

Venezuela se encuentra a siete días de unas elecciones a gobernadores, en las que el chavismo y sus adversarios se disputarán el poder en las regiones, un hecho que, sin embargo, ha convertido en inédita la campaña por insípida.

La portavoz para asuntos electorales de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Liliana Hernández, afirma que se trata de una “fiesta electoral en la calle”, de “una campaña de protesta”, y que la votación es “otro escenario de lucha”.

Y es que esta elección se celebra pocos meses después de que el país se viera sacudido por una ola de protestas antigubernamentales que dejó más de 120 muertos y que culminó con la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) conformada solo por el oficialismo.

La ANC, en cuya elección no participó la oposición y que se la califica de “fraudulenta” por la alianza antichavista y desconocida por buena parte de la comunidad internacional, tiene como objetivo la redacción de una nueva Constitución.

Pero, hasta ahora, esta figura plenipotenciaria se ha ocupado de ejercer su poder para destituir funcionarios y aprobar normas que, de acuerdo con la oposición, solo han servido para que el presidente Nicolás Maduro consolide una dictadura.

La festividad que debería acompañar a esta campaña electoral también ha estado desprovista de motivación por parte de los ciudadanos, que hace unos meses salieron a las calles a protestar ardientemente contra el Gobierno de Maduro y que ahora observa con decepción que los 120 muertos quedaron arropados por los discursos proselitistas.

Muchas calles de Venezuela están pintadas con frases como “Si Neomar no vota yo tampoco”, en alusión a Neomar Lander, un joven que fue asesinado durante la represión que envolvió las protestas desarrolladas entre abril y julio pasados.

La MUD intenta pedalear en contra de los que piden abstención en las elecciones del domingo, 15 de octubre, e intenta posicionar la idea de que sólo el chavismo se beneficiará si los opositores no salen a votar.

Y los pro abstención recuerdan que el Consejo Nacional Electoral (CNE) es el mismo organismo que organizó, según sus palabras, su “fraudulenta” jornada de votación de la Constituyente, que tuvo supuestamente el apoyo de más de ocho millones, algo que la oposición califica de “imposible”.

Cabe recordar que la elección de la Constituyente fue cuestionada por la misma empresa encargada de contar los votos (Smartmatic), que acusó al CNE de manipular el dato de participación y engordar los números.

Las últimas votaciones en las que participaron el oficialismo y la oposición fueron las legislativas de diciembre de 2015, cuando el antichavismo obtuvo una clara victoria con 7.707.422 votos contra los 5.599.025 de los gubernamentales, un resultado que se tradujo en 112 diputados contra 55, respectivamente.

Hace poco más de un mes la encuestadora Datanálisis informó de que solo el 17 % de los ciudadanos apoyaba la gestión de Maduro, mientras que el 80 % evaluaba de forma negativa al gobernante, quien en las últimas semanas ha prometido vencer la crisis económica que agobia al país.

Mientras, en el marco de la campaña, la MUD denuncia que el Poder Electoral promueve la confusión del votante opositor para beneficiar a los oficialistas al no remover a los candidatos que fueron descartados en sus elecciones primarias de la boleta electoral.

Entretanto, el canal estatal VTV ha establecido en su programación diaria la transmisión de las jornadas proselitistas solo de los candidatos chavistas.

Los aspirantes opositores, por su parte, aparecen de vez en cuando en algún canal privado y en transmisiones de redes sociales o canales web y el grueso de su mensaje de campaña es una invitación a votar para no dejar en las manos del oficialismo el poder sobre los 23 estados del país. EFE


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