Lorent Saleh envía un mensaje a la “Resistencia” del país: “Ya no son protestas, estamos en rebelión popular” (+Carta)

Lorent Saleh | Foto: Archivo

Lorent Saleh | Foto: Archivo

El activista en Derechos Humanos y presidente de la ONG Operación Libertad Internacional, Lorent Saleh, quien además es un preso político del Gobierno de Nicolás Maduro, recluido en la sede del Sebin, a propósito de cumplirse 10 años del nacimiento del movimiento estudiantil venezolano, envía un mensaje de “resistencia” al país. 

En la misiva asegura que lo que se vive actualmente en el país dejó de ser sólo un ciclo de protestas y pasó a ser una rebelión popular pacífica contra la opresión, por lo que es necesario que el país cuente con el apoyo de todos. Saleh insta a la sociedad venezolana a mantener las calles llenas de espíritu democrático y acción no violenta hasta vencer.

La organización Operación Libertad ha sido objeto de persecuciones y ataques por parte del gobierno venezolano y sus gobiernos aliados en la región. En los últimos días, los organismos de inteligencia venezolanos han arrestado a varios de sus miembros en todo el país, entre los que se cuentan el conocido activista de Barinas Lennard García, fundador de la organización. García fue detenido arbitrariamente en su residencia y secuestrado por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional tras ser acusado por liderar las protestas en la región de los llanos.

A continuación, el mensaje de Saleh:

Mi mensaje a la Resistencia de Venezuela

Hermanos de la Resistencia, en todo este tiempo familia y abogados me han hecho llegar cada uno de sus mensajes, los he recibido con gran valor y atención. Ahora, en momentos tan cruciales para la nación, quiero hacerles llegar mis más sentidas palabras.

Cada paso que dan es una imprenta cargada de angustia, pasión e impotencia, hijas todas del amor por Venezuela y de la elevada consciencia del momento que, sin escogerlo, nos tocó vivir. Cada exposición que ustedes hacen tiene su propia historia y legitimidad. Con sus mensajes los contemplo en sus faenas épicas y viajo a donde hoy no puedo estar, me trasladan nuevamente a ese frente del cual hace rato que me sacaron para encerrarme en esta caja de concreto y metal; por eso gracias hermanos, porque hasta sus más duras palabras me han permitido sentir nuevamente y saber que no ha sido en vano el trabajo de años.

Todo esto que hoy vivimos es, justamente, vivir el “realismo mágico”; sentirlo, sufrirlo, ser parte de él. Me refiero al salto por los aires del hermano con escudo casero frente a la tanqueta militar; a la princesa decidida y con capucha regresando las bombas que lanza la guardia nacional; a los héroes de casco blanco y cruz verde corriendo entre el plomo y el peligro para salvar la vida del hermano caído por un proyectil gubernamental disparado con alevosía por el soldado que no tiene idea de lo que hace; al aguante de nuestros hermanos secuestrados en monumentos de torturas -el Helicoide, La Tumba, La Pica, 26 de Julio, DGCIM, Tocuyito y todos y cada uno de los penales y calabozos de la dictadura venezolana-; a la integridad de Leopoldo en Ramo Verde rodeado de fusiles y rejas; a la inagotable fuerza de nuestras familias que no se rinden y se entregaron en cuerpo y alma para continuar con nuestra lucha; al inesperado mensaje del hijo de Tarek, cátedra de dignidad para todo el país; al joven músico que armado con su violín toca el himno nacional entre el gas lacrimógeno y las molotov en un acto sublime de subversión; a la mujer que se le planta sin miedo al verde más pintao y destapa los pechos con los cuales amamantó a su hijo y le grita en su cara “eres un cobarde disparando al pueblo”; al hermano que sobrevive y sonríe para decirnos que sigamos adelante luego de ser aplastado una y otra vez por 8 toneladas de odio militar. “Mágica y Real” son nuestra Táchira, capital de la libertad que inspira y guía con la más absoluta determinación de hacerse respetar; nuestro Carabobo nuevamente librando la batalla por la independencia de una nueva Venezuela que se abre paso sin vacilación; Barinas y los llanos levantándose y sacudiendo la sabana reviviendo el espíritu colorado de Páez y su eco de “Vuelvan carajo…”. Todo, todo eso es poesía propia y viva, todo eso es Venezuela hoy, y son muchas las lágrimas y los suspiros en todo el mundo que afloran en tributo a ese espectáculo de honor y resistencia democrática frente a la opresión y a la maldad armada y sin piedad.

Se lo que sienten, me lo han sabido trasmitir, y no está mal sentir la rabia y el miedo recorriendo el alma y el cuerpo, esa es precisamente la expresión humana, muy humana, de nuestra razón de ser y estar en resistencia; una resistencia que es humanista antes que nada.

Hermanos, quiero decirles que yo también siento miedo, mucho miedo; y es que todo el país siente el miedo en el ambiente: esa es la cosecha de aquello que por mucho tiempo sembró el “chavismo” en nuestra Nación. Conozco bien el miedo, ese que nace en los huesos y te hace temblar las manos y las rodillas sin que puedas controlarlo; el miedo que te asalta cuando estás en frente del piquete de la guardia y los colectivos paramilitares con su odio irracional y perversidad; o el miedo que te despierta de golpe cuando abren la reja de tu celda en la madrugada para sacarte sin decir a dónde te van a llevar esta vez; o el miedo desgarrador de una madre cuando ve que su hijo cruza la puerta y sale con su bandera y constitución en la mano para enfrentar al Goliat que está enfurecido; o el miedo que siente el médico al verse sin insumos y con la vida de un ser apagándose entre sus dedos; o el miedo que deben sentir nuestros líderes políticos al pasarse por la idea de que todo salga mal esta vez. Es el miedo lo que alimenta a la dictadura, es el miedo justamente el principal objetivo a derrotar.

Hermanos de la resistencia, no pasen por alto algo, nuestro miedo es blanco y puro, de dignidad y justicia, es el miedo de un corazón justo; pero, ¡atención! Hay otro miedo, que es aún mayor, que es tan fuerte y feo que trasciende esta existencia y continúa después de morir, ese miedo es el que sienten quienes están en el poder: por eso son tan violentos, pobres de alma y cobardes de corazón. A ellos sólo les quedan las armas para asesinar y un tiempo que juega en su contra. Nicolás Maduro, Diosdado y sus compañeros criminales, tienen hoy el mayor miedo que puede existir, el miedo de saber que pronto estarán rindiendo cuentas a los hombres y a Dios de todo el mal causado contra un pueblo noble e inocente. Ellos morirán en la historia y serán, si acaso, un horrible y miserable recuerdo en la memoria americana. Mientras tanto ustedes, hermanos de la resistencia, con sus capuchas y escudos se hacen infinitos en la gloria de salvar la República y defender a un pueblo oprimido y subyugado. Ustedes reaparecieron cuando estábamos a punto de tirar los guantes, nos tomaron de la mano y levantaron a toda una Nación. Ustedes hermanos de Resistencia, serán como la palabra: eterna y pura.

Sé que nos cuesta entender muchas de las decisiones que toman nuestros políticos que dirigen la MUD. Resulta pues que si la resistencia es difícil, la política bajo dictadura es aún más compleja. Hoy vemos la concreción de muchas metas que durante 10 años soñamos cuando decidimos salir por primera vez en el 2007. No puedo evitar el nudo en la garganta al ver a mis hermanos de generación liderando la política nacional (Freddy, Gaby, Pizarro, Olivares y muchos más). Ya crecimos y tomamos los espacios que tanto nos costaron. A lo largo de todos estos años fueron muchas las diferencias y desencuentros, pero más fueron las victorias, y por eso hoy me siento orgulloso de ellos. Hoy, desde nuestras celdas, muchos de nosotros nos sentimos muy honrados viendo cómo hoy la dirigencia política y la resistencia ciudadana, en perfecto binomio, tambalean al dictador y su sistema anti-humano, despertando la consciencia de muchos que aún dormían.

Me cuesta hoy comer, me cuesta dormir y leer, es imposible estar tranquilo. Recibir los nombres de los hermanos caídos es devastador; golpeamos las paredes con la ira acumulada en el puño cerrado, peleamos con nosotros mismos. Cierro mis ojos e imagino el drama de oler la sangre rasgando el tóxico gas de la represión. Hasta nuestras celdas llega el llanto que se escapa entre la capucha mientras corren cargando el cuerpo de un hermano que se debate entre la vida y la muerte; hasta nuestros calabozos llega el dolor de la madre despidiendo el ataúd de su hijo amado. Sentimos el palpitar dramático del parto de la nueva República de Venezuela. Cualquier tortura -corriente en las costillas o aislamiento celular- es nada comparada al sufrimiento que causa escuchar las patrullas saliendo del helicoide para reprimir a nuestro pueblo.

Hoy más que nunca necesitamos el apoyo de todos; vamos pues a llenar las calles de espíritu democrático y acción no violenta hasta vencer; con plantones cívicos a lo largo y ancho del país; vamos con máscaras anti-gas y escudos de colores, con el acompañamiento internacional y de la mano de Dios. Vamos pues, apoyemos a nuestra Gloriosa Asamblea Nacional, que con fallas y aciertos están dando la cara. Vamos nuevos hermanos de la disidencia que valientemente decidieron decir “no más”, luchemos juntos. Vamos pues, hermanos de la MUD, que hoy más que nunca nuestros jóvenes guerreros necesitan el reconocimiento y acompañamiento de todos los partidos de oposición.

¡VAMOS PUES, CARAJO! RESISTENCIA, DISIDENCIA Y OPOSICIÓN… UNIDOS TODOS.

YA NO SON SOLO PROTESTAS… ESTAMOS EN UNA REBELIÓN POPULAR Y DEMOCRÁTICA CONTRA LA OPRESIÓN Y LA DICTADURA.

VAMOS A LIBERAR A NUESTRA TIERRA, QUE COMO DIJO SAN AGUSTÍN: “NADIE PUEDE SER PERFECTAMENTE LIBRE HASTA QUE TODOS LOS SEAN”

HONOR Y GLORIA A LA RESISTENCIA DE VENEZUELA… FALTA POCO PARA EL AMANECER, FALTA MUY POCO PARA FINALMENTE VENCER.

Lorent Saleh
Prisión Política SEBIN
Caracas, Venezuela.


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