En imágenes: La futurista sede que Google construirá en Silicon Valley

Google da una vista futurista de sus metas |Foto: Ticbeat

Google da una vista futurista de sus metas |Foto: Ticbeat

Google va a construir un nuevo cuartel general como sede de la compañía. Así luce el proyecto del edificio, bautizado como Charleston East.

La competencia por saber qué compañía tendrá la sede más impresionante apenas es un esbozo. Pero quienes mantienen las expectativas más altas definitivamente son las empresas de tecnología.

Si Apple se desmarcó hace poco con un campus con forma de nave espacial, hoy hemos conocido los planes que Google tiene para su futura -y futurista- sede de Mountain View.

La empresa no tiene planeado cambiarse de ciudad, y por eso permanecerá en Silicon Valley. Esta zona de California concentra a la mayor parte de los gigantes tecnológicos del mundo, en un ecosistema empresarial que se retroalimenta atrayendo a más y más talento. 

Tan seguros están en Google de su futuro allí que ya planean una inversión millonaria para construir una nueva sede de aspecto impresionante

Bautizado como Charleston East, el edificio ya ha recibido el visto bueno del Ayuntamiento. A diferencia del Campus de Apple, el de Google tiene una forma que recuerda a la de una tienda de campaña. Está diseñado para albergar varios edificios dentro de una macroestructura, que por otra parte quiere ser completamente sostenible.

El tejado de Charleston East dejaría atravesar la luz natural durante el día, protegiendo a la vez de la lluvia y dejando espacio suficiente para cubrirlo de paneles solares, una solución para fomentar la sostenibilidad energética a largo plazo. La extensión del conjunto arquitectónico es superior a los 75.000 metros cuadrados, y ha sido diseñado por los estudios Heatherwick Studio y Bjarke Ingles.

Los renders facilitados por Google muestran un entorno perfectamente adaptado y cubierto de vegetación. La preocupación por el impacto medioambiental de los edificio crece en todo el mundo, ya que el gasto energético para calentarlos en invierno y refrigerarlos en verano hace que la huella de CO2 aumente hasta el infinito. 

Con información de Globovisión


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