Los anticuerpos PGT121 abren una nueva vía para diseñar la vacuna frente al VIH

Los anticuerpos PGT121 abren una nueva vía para diseñar la vacuna frente al VIH

Los anticuerpos PGT121 abren una nueva vía para diseñar la vacuna frente al VIH

El cuerpo humano es capaz de producir anticuerpos específicos para neutralizar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Unos anticuerpos, por tanto, que podrían ser empleados en una vacuna frente al virus. Pero el problema es que estos anticuerpos específicos tardan mucho –cerca de 2 años– en alcanzar la madurez para combatir el VIH.

Por ello, y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Investigación Scripps en La Joya (EE.UU.) y publicado en la revista «Immunity», deben buscarse vías para acelerar la producción de estos anticuerpos por el sistema inmune, lo que permitiría desarrollar la tan ansiada vacuna frente al VIH.

“La producción de estos anticuerpos a través de la vacunación constituiría un fantástico comienzo para prevenir el VIH», destaca Ian Wilson, co-autor de la investigación.

El estudio muestra cómo los anticuerpos de la familia PGT121, y más concretamente los anticuerpos PGT122 y PGT124, pueden neutralizar la infección del VIH. Y para ello, se adhieren a la cápsula del virus, esto es, la capa de glicoproteínas que rodea el genoma vírico y con el que el VIH se adhiere y penetra en las células del organismo infectado, reseñó ABC.

Como destaca Fernando Garcés, autor principal del estudio, «el virus está siempre intentando escapar del sistema inmune. Y por su parte, el sistema inmune siempre está, a través de los anticuerpos, persiguiendo al virus. Lo que hace tan especial a la familia de anticuerpos PGT121 es que tienen vías para contraatacar al virus allí donde otros anticuerpos fracasan».

Infectivos

No en vano, los anticuerpos de la familia PGT121 actúan de forma coordinada sobre el VIH: los anticuerpos PGT121 actúan sobre el polisacárido N332 de la cápsula del virus y sobre un segmento corto de la propia cápsula, lo que posibilita que, posteriormente, los anticuerpos PGT122 y PGT124 se adhieran al polisacárido N137 de la cápsula viral. El resultado es que, con los anticuerpos adheridos, el VIH está neutralizado –no pueden infectar las células.

El problema es que el sistema inmune requiere tiempo para identificar los puntos débiles del virus y producir anticuerpos que lo neutralicen. Y en el caso concreto de los anticuerpos de la familia PGT121, este tiempo es de casi 2 años. Un retraso considerable que impide que se pueda prevenir la infección a no ser que se acorte el proceso de maduración.

Acortar el proceso de maduración

Entonces, ¿cómo lograr que los anticuerpos actúen más rápido sobre el virus? Pues simplemente se requiere eliminar la glicoproteína N137 de la cápsula del virus. Y es que en ausencia de esta glicoproteína, los anticuerpos de la familia PGT121 son activos frente al virus ya desde el mismo momento en que son producidos, no requiriendo los cerca de 2 años que a día de hoy requiere su maduración.

Así, el siguiente paso para neutralizar el virus sería diseñar una molécula que elimine la glicoproteína N137 de la cápsula viral, lo que permitiría una respuesta inmune considerablemente más rápida. Como concluyen los autores, «para mejorar el proceso de maduración de esta potente familia de anticuerpos debemos centrarnos en evitar esta glicoproteína».

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