Premio Nobel de la Paz para el Cuarteto de diálogo nacional en Túnez

El Cuarteto para el diálogo nacional en Túnez, formado por organizaciones de la sociedad civil, ha ganado el premio Nobel de la Paz 2015|Cortesía

El Cuarteto para el diálogo nacional en Túnez, formado por organizaciones de la sociedad civil, ha ganado el premio Nobel de la Paz 2015|Cortesía

El comité del Nobel ha justificado la decisión de otorgar el galardón al Cuarteto por su “contribución decisiva a la construcción de una democracia pluralista”. Su elección ha sido toda una sorpresa, pues los tunecinos no figuraban entre los favoritos.

El Cuarteto Tunecino fue formado aproximadamente dos meses después del asesinato del diputado progresista Mohamed Brahmi, presuntamente a manos de una célula yihadista, el 25 de julio del 2013. El país se hundía en una grave crisis política, y no había apenas puentes de diálogo entre el Gobierno, liderado por el partido Ennahda y la oposición laica. La polarización social llegó a tal nivel, que se proyectaba sobre el país la siniestra sombra de un golpe de Estado, tal como había sucedido ese mismo verano en Egipto.

Las artes de mediación del Cuarteto fueron claves para rescatar la transición y recuperar el consenso del que había hecho gala la clase política en los meses siguientes a la caída del dictador Ben Alí, en enero de 2011. Tras varios meses de una compleja negociación, Ennahda aceptó abandonar el poder para dejar paso a un Gobierno tecnocrático encargado de pilotar el país hasta las elecciones legislativas y presidenciales de 2014.

A cambio, los partidos laicos acordaron desbloquear el funcionamiento de la Asamblea Constituyente, que llevaba varios meses estancada. Finalmente, el 24 de enero, los representantes del pueblo tunecino aprobaron con un consenso prácticamente absoluto la nueva Carta Magna, todo un hito en el mundo árabe. El texto fundamental establece la creación de un sistema democrático y laico, bajo un régimen semipresidencialista. La transición culminaría unos meses más tardes, con la victoria en las elecciones legislativas de la oposición laica, liderada por Nidá Tunis, y de su líder, Beyi Caid Essebsi, en las presidenciales. Ennahda aceptó su derrota en las urnas, y se produjo un traspaso de poderes pacífico.

La sociedad civil simplemente cumplió el papel que le tocaba”, declaró a EL PAIS Houcine Abassi, presidente de la UGTT, en noviembre del año pasado en la sede de la organización. Este veterano y humilde sindicalista lidera la organización que llevó la voz cantante dentro del Cuarteto gracias a su legitimidad histórica. El sindicato desempeñó un importante rol durante la lucha por la independencia, e incluso en los años de hierro de la dictadura de Ben Alí, fue capaz de mantener un cierto grado de independencia. Ya en aquel momento, tenía claro que la transición había triunfado. “No hay vuelta atrás, gane quien gane en las elecciones. No hay vuelta atrás a un sistema dictatorial”, sentenció.

 

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